domingo, 29 de julio de 2007

LLanto

Hoy me ha dado por llorar, y he descubierto en mi llanto a mi mejor amante. Nadie me deja tan completa, tan desahogada, tan húmeda.

jueves, 26 de julio de 2007

Gira la tierra

Creí ver moverse algo bajo mis pies. Casi pude sentir un roce en mis tobillos, suave, frío, veloz. Envió toda una secuencia de tornillos enroscándose pierna arriba, hasta diluirse en una ola de espuma bajo el vientre. La operación se repitió unos minutos después, nuevamente ese escurridizo aleteo de seda por el suelo que acababa por convertirse en una hoguera desfilando arteria adentro.
No sé por qué. Fue un día de una sensibilidad especial, supongo. Tampoco sé si se volverá a repetir. Fueron momentos en que mis pies sentían la tierra girar bajo ellos, y todo mi cuerpo se convulsionaba ante la maravilla, haciendo de la rotación un orgasmo.

La duda

Tengo una duda. He estado todo la semana tratando de decidir algo y no estoy muy segura de qué. No he tomado ninguna decisión al respecto, evidentemente, pues como mucho tendré que decidir sobre qué tengo que decidir.
La culpa de todo la tiene esa morena que me dijo el otro día tú y yo somos iguales. Me dejó embobada. Más quisiera yo que ser como tú, morena, con esas piernas. Y entonces es cuando me asalta la duda de si decidir si ya estoy enamorada de ella o no, o de si decidir si hago el esfuerzo por enamorarme de ella o no. Creo que para no complicarlo demasiado, juntaré todo en una gran duda tipo test. Elija una de las siguientes opciones:

a) estoy enamorada de la morena
b) no estoy enamorada de la morena

Caso de escoger la opción a, prepárense para un blog insoportable a partir de ahora. Caso de escoger la opción b, elija a continuación una de las siguientes opciones:

a) me enamoraré próximamente de la morena
b) nunca me enamoraré de la morena

Lo peor de todo es que en ninguna de las opciones está llevarse a la cama a la morena. El asunto es ciertamente grave. No sé si estoy en baja forma, excesivamente blandita o es que he visto demasiadas películas de Meg Ryan últimamente. En fin, mientras me dejo soliviantar por las dudas, creo que me voy a ir deprimiendo un poco y a concentrarme para rellenar este farragoso cuestionario.

jueves, 19 de julio de 2007

Cualquiera

Fluyen corrientes secretas bajo las sábanas esta noche, el río está revuelto. Has abierto las compuertas de la presa, y ésta se ha fugado a vaciar embalses. De todos lo colores han aparecido los estruendos tras presionar el detonador afrutado de mis labios vaginales. Pagarás por ello, aunque me juegue el cuello y algo más en tus mordiscos. Hoy me toca nadar encadenada y a contralengua, y la emprendo a gritos con tu nombre, lo afino, lo maúllo, lo ensordezco, lo ahogo en el desfiladero de mi garganta, lo instauro en tu propio hormiguero, lo violo hasta la afonía y la demencia, hasta que es tu nombre el único vínculo al que se aferra mi latido, gimiendo al borde del ocaso. Anónima me he quedado yo, con todo. En definitiva, hoy eres mi todo. Yo, por lo visto, tu cualquiera.

martes, 17 de julio de 2007

Entre dos tomas

Mete los dedos en el enchufe mi amor. Otros dos dedos para mí y canaliza vida en ambas direcciones. Yo te espero en el otro extremo, a un tiempo absorbente y emanante, ansiosa por saber qué flujo te hace bullir antes la sangre, qué poder chamusca antes tus cueros, cuál hace antes trizas tu templanza.
Probablemente saltarán los plomos, dejándonos a ciegas para siempre, probablemente electrizadas rodaremos por el suelo, quizás muertas, aunque quizás más llenas de vida que nunca.

domingo, 15 de julio de 2007

Dos partes y un adentro

Tengo un amigo que se confiesa bisexual. Yo no tengo por qué dudar de él, pero mucha gente no se lo cree. Dicen que eso de ser bisexual es una mascarada para ocultar qué sé yo. Otros van más lejos y dicen que la bisexualidad no existe (éstos son los que pertenecen a la corriente que dice que tampoco existen las lesbianas, los pobres o los esquimales).
Mi amigo tiene un blog que sigo con bastante asiduidad en el que cuenta graciosas anécdotas sobre su vida, pero tiene otro, que es el que me tiene pasmada. En éste, se hace pasar por una chica lesbiana. Lo increíble del caso es lo verosímil que resulta, mucho más verosímil que éste, dónde va a parar. Simula tan bien su papel lésbico, que yo me hago la indignada y le reprocho su farsa.
-¿Cómo puedes escribir como si fueras una chica? ¿Y además lesbiana? ¿Cómo te atreves?
-Bueno, es que en realidad tengo una lesbiana dentro de mí -replica él.
Además, me explica que entre su parte heterosexual y esa chica lesbiana que habita en sus adentros, tienen a su parte homosexual bastante maniatada, ni siquiera le dejan mirar a los chicos. Por eso mucha gente no cree su bisexualidad. Bufff. Bueno, yo qué sé, son cosas de mi amigo. Por mi parte, tengo el plan de acostarme con él para ver si así puedo alcanzar a esa muchacha que vive en su interior, ver de qué pie cojea y de qué lado cruje su cintura.

sábado, 14 de julio de 2007

Top Less

No lo puedo evitar. Otra vez me quedé embobada observando a una chica haciendo top-less. Yo no hago top-less, no porque tenga vergüenza, sino porque tengo un bikini negro que me sienta genial... En fin, el caso es que no sé qué clase de pervertida soy. Cada vez que me doy cuenta de que la estoy mirando demasiado, desvío la mirada hacia otro sitio, casi avergonzada de ser tan voyeur, pero al rato mis ojos se vuelven a posar en el par de tetas. Esta vez ya era demasiado. Ni siquiera era capaz de disimular, y mis ojos no se apartaban de allí. Se iba a dar cuenta. Pero es que eran unas tetas tan hermosas, tan bien hechas y turgentes, bronceadas... En fin, no podía hacer nada.
Me dirigí hacia ella como guiada por una fuerza irresistible que me obligaba a hacer cosas que yo no deseaba.
-Disculpe, señorita -le dije. -No sé si usted lo habrá notado, pero llevo un buen rato mirándola y me gustaría decirle que es usted poseedora de dos senos notablemente hermosos. No pretendo ofenderla con mis comentarios y no quisiera que usted pensase que lo digo con ánimo de burla ni con ligereza. Por el contrario, como mujer y conocedora de un considerable número de pechos, le aseguro que los suyos destacan por su hermosura en forma, tamaño, turgencia y color por encima de la media. Por eso, sin otra pretensión que la admiración del esplendor de su piel, ¿le importaría si toco... (aprieto froto abarco araño beso chupo muerdo desgarro disculpe me voy al agua...)

jueves, 12 de julio de 2007

Siete días después

- ¿Sabes qué? -me pregunta la intrigante. Me quedo silenciosa y pensativa, tratando de descubrir si sé qué o no. LLego a la conclusión de que no.
- No, no sé -le contesto.
- Hoy hace una semana que estamos juntas -me explica sonriente.
- Mosquis -digo yo distraídamente. Estaba viendo los Simpson, no es una palabra que suela usar. O sea, ¿que ya hace una semana que esta chica está en mi cama? Bueno, es posible, puesto que hoy es jueves, y recuerdo que fue el jueves pasado cuando me compré estos pantalones que me puse nada más salir de la tienda y los llevaba cuando fui a ver a Natalia a la cafetería y me presentó a su amiga jugadora de voleyball con la que acabé en la cama... y hasta hoy.
- Te he comprado una cosa -me dice, interrumpiendo mis cálculos. Saca una caja verde y alargada y me la tiende. Supongo que mis ojos se abren como platillos volantes, pues no salgo de mi asombro.
- No tenías que comprar nada -digo yo, al borde de un ataque de pánico. No me quiero figurar lo que habrá dentro, pero se me pasan por la cabeza las cosas más espeluznantes y comprometedoras, un anillo, una pulsera con nuestros nombres, un collar para el perro que no tengo...
- Feliz primera semana -me dice la muy astronauta. -Venga, ábrelo.
Abro la caja con todas las luces de alarma encendidas, para encontrar unas tijeras de costura.
- ¿Unas tijeras? -pregunto con una sonrisa de auténtica confusión.
- Sí -responde con una risilla nerviosa.
- Bueno... Gracias -respondo yo, todavía con tono de alucinación. Ella se da cuenta de mi desconcierto y trata de explicarse.
- Son unas tijeras - repite, moviendo dos dedos de su mano, haciendo el movimiento de una tijera y al mismo tiempo dando a entender que hay un doble sentido. Es entonces cuando caigo. Captado.
- Aaaaaah. Ya. Jajaja.
En fin, mi falta de perspicacia sólo es comparable a su falta de sutileza. Le doy las gracias nuevamente por su simbólico regalo y celebramos su primera semana en mi cama (juntas, como dice ella) de la misma manera que los previos siete días, se lo pueden imaginar.

miércoles, 11 de julio de 2007

Striptease

Para ver lo que de mí queda, después de tanto tiempo escondida en el oficio de ramera de la corte de nuestras reinas, me despojé de perfumes fáciles, de todas las ropas multicolores, de la blanca dentadura de la máscara sonriente. Lo hice delante del espejo, y éste correspondió a mi honesto striptease con su honestidad reflectante. Ojalá no lo hubiese visto. Ya no importa cuánto corra, ni lo profundo que me oculte, ni las putas en que me convierta. Todo lo que soy me perseguirá sin compasión, para siempre.
Rápidamente, traté de ponerme otra vez mis trapos, pintarme, envolver mis heridas, disimular mi rostro desencajado... Pero incluso mi disfraz se había asustado y ni siquiera la máscara sonriente ya sonríe.

domingo, 8 de julio de 2007

Mordaz mordaza

Qué mordaz,
hacerte el amor amordazada
y morder los mares mortecinos
de tu mirada marciana.

Pongo lirios en tus delirios
y quiero en tus senos queroseno.

Soy la violinista violenta
violando tu vulva violeta.

sábado, 7 de julio de 2007

Ahora o nunca

- He leído tu blog -me dice Carolina sonriente. Carolina tiene veintiocho años, pero su sonrisa, sus ojos azules inocentes y sus rizos dorados dicen que sólo tiene dieciocho. Con todo esto, Carolina es feliz porque no le queda otro remedio, y sonríe como si no tuviera ninguna necesidad de disimularlo. Ahora su sonrisa y sus palabras me aludían y me dejaban sorprendida y expectante.
- Ah... -contesto yo, sin saber muy bien qué decir, tratando de devolver una sonrisa que de ninguna manera va a estar a la altura en franqueza, naturalidad o encanto.
- Escribes muy bien -me dice, apartándose un rizo dorado que le caía sobre la cara. El brillo azul de sus ojos me transporta un par de pasos hacia la osadía. Pongo un poco más de énfasis en imitar su sonrisa y me digo que ahora o nunca. Se supone que mi respuesta a su última frase es gracias y un poco de modestia, pero me propongo ir un paso más allá. Ahora o nunca.
- ¿Va un polvo?
- ¿Perdón?
Mierda. Me ha salido el tiro por la culata. Carolina está ruborizada, yo también un poco. Su cara es de genuína confusión (todo en ella es absolutamente genuíno). Yo que esperaba que nada más escuchar mi ofrecimiento ella se abalanzase sobre mí con toda su espontaneidad, saltasen los botones de las camisas, se perdieran las bragas, se derritiesen los relojes y yo la emprendería a mordiscos con su coñito suave y delicioso... En lugar de todo eso, ella está avergonzada y a punto de salir huyendo.
- ¿Eres... lesbiana? -me pregunta con auténtica sorpresa.
- Puessss... no... sólo un poco -respondo yo. Me pregunto, en primer lugar, el blog de quién habrá leído. Me pregunto, en segundo lugar, si alguna vez me llevaré a alguien a la cama gracias a este blog. Quizás así comenzaría a verle algún sentido. Lo seguiremos intentando.

miércoles, 4 de julio de 2007

Petrificación

Basta de hechizos. Hoy cerraré tus ojos y contendré tu lengua. Serás tan sólo tu cuerpo inmóvil bajo mis manos, serás tus pechos mansos y tus piernas sosegadas porque yo lo quiero. Ni un rumor liberará tu sangre. Quiero mudos tus latidos. Tersa, blanca y fría, tu carne será mi mármol, y en ella tallaré mi nombre con las uñas. Seco y pétreo, será mi ataúd el secreto entre tus piernas.

domingo, 1 de julio de 2007

Come On Baby

- Te voy a besar- me dijo ella.
- ¿Ah, sí? ¿Y dónde?- pregunté yo interesada.
- En los labios.
- Ajá.
- Y después en esas tetitas redonditas que tienes.
- Ya. ¿Y luego?
- Luego en el come on baby.
Me dio tal ataque de risa que le fue imposible besarme en los labios. Entre carcajadas le dije que se dejase de historias y que me besara directamente el come on baby. Todavía seguía partiéndome de risa mientras lo hacía.