domingo, 19 de agosto de 2007

YA

Tu incógnita me contagia del deseo de haberte resuelto hace ya tiempo. Me agoto en la impaciencia de saberme en el principio del misterio, así que reacciono precipitada y antipreliminar, me invento un ayer prescindible y un hogar espejismo en el mañana, saltando de cabeza hacia tu vulva de las catarsis, empezando la ecuación por el tejado.
Cuando fatigo mis pasos hacia tu callejón sin entrada, sus grietas filtran como gritos sospechas incontenidas sobre tu pecho. En mi viaje se me olvida hacerme vieja, cada idea sueña, cada huella me refleja constante. Acaso el tiempo me anuncie redoblando sus despertadores para que sepas que he llegado como una cuenta atrás, desnudando abiertos los ladrillos del callejón, y reposándome fácil y triunfal, fundida con tu voz, sin más distorsiones, sin más ecos.
Aún no te conozco, pero ya está ocurriendo.

No hay comentarios: