jueves, 17 de abril de 2008

Introducción

Pues sí, está claro que soy un cúmulo de despropósitos, una niña caprichosa, a ratos intratable, insoportable por mi mal genio. Todo esto no es nada nuevo, es lo que mi madre siempre dice y muchos otros piensan aunque callen. Jamás admito mis errores, nunca doy la razón a nadie, mucho menos si la tienen, y sólo me intereso por aquello que me resulta inconveniente. De momento sólo hay dos cosas de las que no me he cansado, a saber, mi teta derecha, y la lapidación láser (¿se dice depilación? no, definitivamente lo mío es la lapidación). Mis años de estudio sólo me han servido para disimular levemente mi tendencia a revolcarme en la ignorancia y al mismo tiempo para disparar alguna flecha malhiriente a cualquier alma cándida y despistada, para introducirle la lengua hasta la glotis tras dejarla boquiabierta con mis trucos baratos de colegiala, doctora en egolatría, perita en vampirismo, doncella de hielo en el horno.
Esto ha sido la introducción. Si quieres que prosiga con mi vida, a continuación puedo proceder con las mentiras. AHORA ES EL TURNO DE TU LENGUA... y ni una palabra. Quid pro quo, Clarice.

No hay comentarios: