sábado, 14 de julio de 2007

Top Less

No lo puedo evitar. Otra vez me quedé embobada observando a una chica haciendo top-less. Yo no hago top-less, no porque tenga vergüenza, sino porque tengo un bikini negro que me sienta genial... En fin, el caso es que no sé qué clase de pervertida soy. Cada vez que me doy cuenta de que la estoy mirando demasiado, desvío la mirada hacia otro sitio, casi avergonzada de ser tan voyeur, pero al rato mis ojos se vuelven a posar en el par de tetas. Esta vez ya era demasiado. Ni siquiera era capaz de disimular, y mis ojos no se apartaban de allí. Se iba a dar cuenta. Pero es que eran unas tetas tan hermosas, tan bien hechas y turgentes, bronceadas... En fin, no podía hacer nada.
Me dirigí hacia ella como guiada por una fuerza irresistible que me obligaba a hacer cosas que yo no deseaba.
-Disculpe, señorita -le dije. -No sé si usted lo habrá notado, pero llevo un buen rato mirándola y me gustaría decirle que es usted poseedora de dos senos notablemente hermosos. No pretendo ofenderla con mis comentarios y no quisiera que usted pensase que lo digo con ánimo de burla ni con ligereza. Por el contrario, como mujer y conocedora de un considerable número de pechos, le aseguro que los suyos destacan por su hermosura en forma, tamaño, turgencia y color por encima de la media. Por eso, sin otra pretensión que la admiración del esplendor de su piel, ¿le importaría si toco... (aprieto froto abarco araño beso chupo muerdo desgarro disculpe me voy al agua...)

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