lunes, 28 de mayo de 2007

Exploraciones

Me acerqué muy despacio, por detrás, sin hacer ruído, y delicadamente, sin asustarla, separé su pelo y aproximé mi boca a su oreja.
- ¿Qué haces? -preguntó ella entre divertida y sorprendida.
- Nada -le susurré, casi con mis labios pegados a su pequeña oreja, tratando de improvisar alguna excusa. - Sólo quería comprobar... que tienes orejas. Nunca te las había visto, tras tu pelo.
- Pues ya ves que sí -añadió ella riéndose, apartando su pelo y dejando ver sus dos orejas, redondas, simétricas, diminutas, blancas, blandas, esponjosas... - Qué cosas tienes.
Me pregunto si también tiene pezones. Tras el éxito de la exploración de hoy, estoy dispuesta a volver a la carga mañana.

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